2/03/2007

Señales de Alerta

SEÑALES DE ALERTA (I)

Hoy quiero escribir sobre la cultura del desechable,
la del plástico - que el consumismo nos lo vende como
algo imprescindible y necesario-. Las compañias
invirtiendo millonadas, en respaldo publicitario, sin
propuestas de reutilización. Hoy encontramos al
hombre desgarrado, hundido en su basura,
ocasionándose el mismo su destrucción. Los hombres
como moscas televidentes, alejados del néctar de las
flores y el aroma del bosque. Acostumbrados al olor
del estiercol, que le atrofia su olfato.
Los niños envejecen sin sentir la vida. Resueltos
a batir el récord de la eficiencia tecnológica,
programados por la computadora.

FECUNDACIÓN
Espermatozoides sintetizados, contaminados,
raquíticos y plastificados. Acelerados hacia los óvulos
cuadriculados y limitados de las mujeres,
afectadas por la contaminación, los fungicidas,
insecticidas y herbicidas, que consumen a diario.

CONSUMISMO

Y la publicidad encarnada en mujer. Con su boca
sensual y como atracción, su cola, para la venta de
las colas. Segundo a segundo, creándole, como
imprescindibles miles de cosas no necesarias y
susurrándole al oido permanentemente, que hilado al
estómago y a la vanidad como un disco rayado,
les repito:
“CONSUMID; CONSUMID, MALDITOS CONSUMID, CONSUMID”


REUNIONES SOCIALES

Espacios de la vida donde somos unos verdaderos
productore de basura. Montones de la misma rodeando la
miserableza de una pequeña tortica de ponqué y una
pequeña botella de vino redulce y como rey no el que
cumple años, sino, nuevamente, el maldito plástico
vasos, bolsas, platos, cucharas, bombas, chatarra,
chatarra, chatarra.

EL HOMBRE DESCARNADO

Desgarrada su piel a causa de tantas enfermedades,
ocasionadas por la pérdida de la capa de ozono, el
efecto invernadero, el aire contaminado, sus aguas de
los ríos, quebradas y mares convertidas en verdaderas
alcantarillas. Rodeado de todos los desechos, donde
sobresalen las marcas de todas las industrias y
multinacionales de la comida chatarra, miles de
objetos mostrados como necesarios, que aunque pasan
ante nosotros como algo pasajero, permanecerán en la
tierra por cientos de años, para integrarse a la misma


SOBREVIVIENTES

Y del barro salimos, mas hoy es difícil
integrarnos al mismo, como lagartijas buscando los
últimos rincones para sobrevivir, pero a pesar de todo
a nadie le importa la muerte de la tierra.

Nota: por allá en los años noventa en un encuentro de
los entonces llamados municipios verdes, en el
municipio de JERICO, Antioquia, promoví una frase que decía:
VOLVAMOS A LA MOCHILA Y AL CANASTO,
Y DE ICOPOR Y PLÁSTICO NI EL RASTRO.

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